
El sol brillaba tan oscura e intensamente, como lo hace en un crepúsculo. Aquel hermoso y resplandeciente angel de ojos negros, que constantemente aparecía en mis sueños, dandoles a estos una luminosa incertidumbre, estaba allí. De pronto el angel me tomó de la mano, y sin mencionar una sola palabra. Pasamos por enormes areas llenas del más verde pasto, y el agua más cristalina, que incluso no quería tocarla, por temor a ensuciarla con mi insensatez. En la otra esquina de aquel lúcido escenario, pude contemplar la luna, brillante como lo es en las noches que más te extraño, en su face llena, y llena de blancas estrellas. Todo era tan extraño, en una forma agradable. No había nada que temer, nada de que preocuparse.
(Basado en Pyramid Song de Radiohead)
Autor: Alfonso Tamayo
Fotografía: Omar Serrano